Creamos vinos que hablan bajo, pero permanecen, sin adjetivos de 0,0%, simplemente respetamos la autenticidad de lo que un vino representa: origen, memoria y momento esencial de compartirlo, para amarlo.
También entendemos que las reglas cambian; por eso aportamos a un nuevo estilo de vida: más consciente, más claro, igualmente exigente.
Nuestra ambición es simple y difícil: belleza que se entiende sin explicarla.

Nuestros vinos empiezan en la cosecha, con un cuidado obsesivo por la madurez óptima: fruta viva, pieles finas, semillas en calma. Ese equilibrio nos da la base ideal para una fermentación precisa y, después, para aplicar la tecnología de desalcoholización GOLO sin traicionar el origen.

Trabajamos GOLO a baja temperatura y en condiciones de vacío para separar el alcohol con suavidad, preservando los aromas del vino. Recuperamos sus fracciones aromáticas y afinamos el conjunto hasta lograr un perfil limpio, fiel y sereno.